Cuenta la leyenda que la bestia era un jabali, que en el pasado alguien estaba engordando para Navidad o algún otro día festivo. El jabali escapó a las alcantarillas, se deleitó con la suciedad allí y se volvió enorme y de mal genio. Cada hombre que fue a buscarlo regresó sin él o no lo hizo. Se hizo más grande y más sucio a medida que pasaban los años, volviéndose de mal genio y cruel. A medida que mataba y mutilaba, la leyenda crecía y los cazadores iban a buscarlo y los valientes iban a matarlo, y seguían regresando infructuosamente o nada, sus armas rotas erizándose en su piel y agravando aún más su temperamento.
La Bestia es rápida, a pesar de su tamaño, y esta blindada por las hojas rotas clavadas en su piel. Es un luchador legendario con sus colmillos afilados y cascos de rayo. La sangre de la Bestia contiene el poder de la Bestia y la capacidad de navegar por el Laberinto en constante cambio.
La Bestia llegó al Laberinto de Londres de Abajo, puesta para proteger la prisión de Islington. La Bestia finalmente fue asesinada por Richard Mayhew, lo que marcó la etapa de su transformación en guerrero.