La Voz de Carlos Coraila

¡Carlos…! ¡Carlos Coraila despierta! Regresa, ya es hora de que vuelvas… ¿sientes miedo? , pues lo peor está por venir, ¡Carlos Coraila!, regresa a la realidad, ¡despierta!

Bien, reacciona, abre los ojos. Sí…, sé que aún no te puedes mover y que además no puedes ver. Tampoco sientes tu cuerpo ¿cierto? Bueno, ya lo sentirás y tendrás que exigirle como nunca antes lo hiciste. Carlos Coraila, sé que temes oírme y que nada bueno sucede cuando te hablo, pero créeme, si no despiertas del todo esto se pondrá peor.

Eso…, mueve las manos, inténtalo, inicia por tus dedos. ¿Te duele la cabeza? Despierta Carlos Coraila, lo peor está aún por venir.

Te preguntarás en qué lugar estás, a dónde te ha llevado mi influencia, seré sincero contigo… estás en la morgue… sobre una mesa de disección.

¿Quieres escapar? No me extraña, a tu lado hay un par de cuerpos que, como tú, esperan la autopsia. Así está bien… inténtalo, al menos tú puedes.

¿Sientes la fría baldosa en tu enorme y asquerosa espalda? ¿Sientes la desnudes vergonzosa de tu hinchado y amorfo cuerpo? ¡Carlos Coraila!, vamos escapa, huye de este lugar. Eso, ya estás moviendo las manos, ahora intenta mover los pies, debes ponerte de pie y marcharte.

Imbécil, te has caído… ¿te dolió? debiste hacerme caso y esperar mover bien las piernas antes de intentar pararte. Arrástrate maldito obeso… eso… continúa arrastrándote como el gusano inmundo que eres, huye hacia la luz, porque imagino ¿puedes verla no? Sí… es por aquella pequeña ventana que tendrás que salir, o creerás que la puerta de la morgue está abierta. Ahora qué puedes gritar… desgarra tu garganta haciéndolo… nadie vendrá por ti, a nadie le interesas, quién podría sentir afecto por una bola de sebo… nadie Coraila, nadie.

Bien ahora que estás de pie quiebra el vidrio, sal por la ventana, escapa de tu muerte, de mi voz… muévete, ¡qué esperas! ¿Te cortaste la mano?, eso no es nada, espera a ver cómo quedarás si es que sales por el ventanuco. Esto es muy divertido, grita todo lo que quieras, nadie viene al cementerio a esta hora de la madrugada, sólo conseguirás que el nochero te de un tiro al confundirte con un alma en pena.

¿No entras? Tu horrendo cuerpo no cabe en el agujero, has fuerza mierda, mueve tus piernas, gírate… Bien, ya tienes la mitad del cuerpo fuera, ya estás respirando aire puro otra vez, te duele tu panza, te lastimaste la grasa recubierta en piel, cerdo de mierda, ¿hasta cuándo comerás por tres, cuándo dejarás de hartarte con pan?

Parece que no lo lograrás…, que gracioso eres… continúa gritando, ya ves, nadie ha venido por ti, nadie vendrá tampoco, estamos solos tú y yo, como siempre o acaso alguien se preocupa de hablarte todo el tiempo, nadie Coraila, sólo yo Carlos Coraila, sólo yo…

Si no se indica lo contrario, el contenido de esta página se ofrece bajo Creative Commons Attribution-ShareAlike 3.0 License