Quedate Despierto

Fantasma

Steve ya no me deja dormir en el asiento trasero. Una vez lo oí pensar “si tenemos un accidente y me muero, el se irá conmigo” y luego fue como si su mente se llenara de sangre.
Pone la radio a todo volumen para mantenerme despierto también. No me molesta.
Yo veo las cosas de noche, cuando no he dormido, especialmente aquí en el desierto donde las enormes y curvas rocas parecen bailar.

En algún momento tienes que empezar a dejar que la gente salve sus propias vidas. Pero Steve no, todavía no. no desde que Ann murió.

Podría arrojarse con el auto por un puente, o algo. A pesar de que creo ver el auto cayendo sin control a través del agua. Más agua que cualquier otra que hayamos pasado en pocos días, un río del sur con rápidos, agudas rocas resbaladizas empujándose para encontrarnos.

Pero eso es algo que no va a hacer, no mientras yo esté vivo. Y es por eso que siempre tengo que estar con él y siempre tengo que estar despierto.

Al final, hemos conducido demasiado lejos y no hay indicios de una ciudad o una plaza de camión o por lo menos una gasolinera con una máquina de café, y tenemos que detenernos – preferible, a salirnos de la carretera donde no hay nada que nos detenga, solo arena.
Veo un escorpión hecho de luz de la luna desaparecer debajo de la rueda delantera derecha del T-Bird.
Vamos lejos de la carretera y nos detenemos a la sombra de una colina. Steve se estira y bosteza en grande, luego, se inclina sobre mí y agarra la pipa de la guantera. “Mierda, estoy demasiado cansado para conducir, demasiado excitado para dormir.”

“¿Quieres que conduzca yo un rato?”
“Nop”.

Nos pasamos la pipa en el silencio, el rostro de Steve fuertemente iluminado por el resplandor de las llamas y el brillo del recipiente, y el coche se llena con el humo de color lavanda pálido de la hierba pegajosa que algunos fans nos dieron en nuestro show en Dallas.
Es casi blanco, con diminutos filamentos por todas partes, como telas de araña. Cuando se quema huele un zorrillo y un poco como el ajenjo, pero tiene el sabor dulce de hachís.

“Mmm …” Steve inclina la cabeza contra el respaldo del asiento y cierra los ojos. “así está mejor.”

“No te duermas al volante.”
“El auto está detenido, Fantasma. ”
“Bueno, no lo hagas de todos modos. Es mala suerte.”

Él niega con la cabeza, pero está demasiado cansado para discutir, y se arrastra en el asiento trasero. Después de un minuto me arrastro también. ponemos el estuche de la guitarra de Steve en el frente y tratamos de ponernos cómodos.

Por supuesto, yo no debería estar escribiendo acerca de esto. Pero Steve no leería mi cuaderno.
Podría y de hecho leyó el diario de Ann, que tenia la palabra SECRETO escrito con grandes letras negras en la portada y una cinta anudada alrededor de él, pero no pasaría de la portada de mi viejo cuaderno de canciones/diario sin pedir permiso.

Me sorprendo tarareando, luego, cantando en voz baja. “He estado a través del desierto en un caballo sin nombre -”

“Esa maldita canción otra vez!”

-Lo siento-le digo. La he tenido dando vueltas en mi cabeza durante días. No sé si es una buena canción o si me parece buena por que la escuchaba un montón cuando era un niño.
El paisaje del desierto fuera de las ventanas del T-Bird es igual a como la canción me hace imaginarlo, excepto que en la vida real no hay cráneos de vaca en el suelo.
Me gusta la canción y creo que a Steve también, pero lo he arruinado para él.
Ambos necesitamos una ducha con urgencia. Mi cabello está más allá de mis hombros y se siente tan desordenado como maleza seca en la parte trasera de mi cuello. Pero Steve entierra su rostro en él como si estuviera limpio. Siento que mis ojos se cierran fuertemente. Tiene que conseguir que su terrores nocturnos se vayan mientras todavía está despierto o van a plagar sus sueños.
Se lo guarda todo el día y en la noche, me abraza tan fuerte que a veces pienso que mis huesos se agrietan.

Siempre he oído que el desierto se pone frío por las noches y es verdad. Las ventanas son de color blanco por el vapor. Pero el interior del coche está calido y el olor de nuestros cuerpos es casi dulce. Comemos y bebemos las mismas cosas y respiramos el mismo aire, nuestras químicas deben estar bien mezcladas ahora.

Los labios de Steve se mueven en contra de mi pelo. “te- sientes bien. me gusta dormir contigo cuando afuera está frío”

Eso me provoca nostalgia. El asiento trasero está aún empapado, literalmente, con recuerdos de él y Ann.
Me gustaría que estuviéramos en mi cuarto, acostados bajo mi pila de mantas, mirando mi techo de estrellas. Siento el desierto que nos rodea, vasto e indiferente.
Nuestro ridículo coche de repente parece muy pequeño.

Creo que Steve sabe lo que estoy sintiendo, por que me acerca a el y frota mi espalda bajo mi camisa. Sus dedos se mueven en firmes círculos sobre mi columna.
Lo miro y luego nos besamos. Aún se siente tan extraño besarlo, pero también como la cosa más natural del mundo. No hay sabor que conozca mejor que el interior de su boca y, sin embargo no me puedo imaginar un sabor más exótico.
Su rostro está áspero por los días sin afeitarse y su pelo huele a tierra, a viento y la carretera y la gasolina.

“Es tan obvio”, me dijo una vez antes de salir de Missing Mile. “Pero la mayoría de las veces soy demasiado estúpido para verlo. Pégame en la cabeza de vez en cuando, ¿quieres?”

Eso fue después de que comenzáramos a dormir en mi cama todas las noches, a despertar juntos cada mañana. Todavía tiene dificultades para entender que, por lo general, eso es suficiente para mí, que cualquier cosa más allá, es sólo salsa.

Steve duerme recostado contra una almohada doblada entre el asiento y la puerta. Es la única manera de estirar sus piernas. Así que me recuesto en el borde del asiento, con mi cabeza sobre su pecho para dormir escuchando los latidos de su corazón.
en algún momento me deslizo hasta el suelo, pero no me despierto hasta que escucho el golpeteo en la ventana.

Ann

Mi conciencia se siente como el inicio de una fusión nuclear, el evento que ocurre en el núcleo del reactor antes de que todo sea envenenado y quemado. No quiero saber. No quiero seguir viviendo ese último momento de dolor y rabia para siempre, pero parece que si lo haré.

Steve me dejó morir, posiblemente, incluso me mató. Cometimos un error, me dice en sus oraciones. Pero habrías muerto de todos modos, el tipo de embarazo que tenías te habría matado. tratamos de ayudar y lo jodimos todo y te extraño como el infierno y lo siento.
Me envenenaste. le digo, pero Steve nunca me escucha. Sólo fantasma me escucha, también me puede ver. Era mi mejor amigo en el mundo, mi aliado, la única persona que entendía a Steve mejor que yo. Él era mi protector. Y también me dejó morir.

Jodete. Le digo. Jodete, jodete, jodanse los dos. Pero nunca ayuda; solo se joden entre ellos, y el consuelo que les da quema lo que queda de mi corazón.

Fantasma

Es
Ann, por supuesto, como siempre. Es Ann fuera del coche, en el desierto, Ann en la ventana de mi dormitorio casi todas las noches del invierno pasado, Ann a la deriva a través de los árboles detrás de nuestra casa, sin sombra y sin tocar el suelo jamas. Es como una vieja fotografía pintada a mano, su pelo rojo desteñido, sus ojos y la piel casi transparente.

Me mataste, dice por enésima vez, él y tú, me envenenaron.

Vete a casa.

Vete a la mierda, dice ella, como siempre, ese lugar no es mi casa. Nunca voy a ir allí.

He visto un montón de espíritus atados a la tierra, pero nunca sentí que quisieran hacerme daño porque yo estaba vivo y ellos no. Ann no puede hacerle daño a nadie, pero lo haría si pudiera. Está tan enojada. La recuerdo tendida en la cama en Nueva Orleans, esa cama en la que las almohadas y las sabanas estaban empapadas con su sangre, porque la habíamos envenenado para tratar de sacar al bebé. De cualquier manera habría muerto, pero es horrible saber que tengo su muerte en mis manos. Y la veo, para que Steve no tenga que hacerlo.

Sus labios todavía se mueven, pero poco a poco se pierde en el vapor de la ventana, y vuelvo la cabeza hacia Steve. Todavía está dormido. Siempre está dormido cuando ella viene. Hago todo lo posible para asegurarme de ello. Si la viera, tiraria el coche por un puente, incluso sabiendo lo que sabe.

Presiono mi cara contra el pecho de Steve y no puedo evitar manchar su camiseta con algunas lágrimas antes de dormir.

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