Es una criatura monstruosa u oso espiritual. Fue creado por Sedna, el Espíritu del Mar, para destruir el Espíritu del Aire y el Espíritu de la Luna; así, fue capaz de viajar entre el mundo espiritual y el mundo físico. El Espíritu del Aire y el Espíritu de la Conciencia trabajan juntos para luchar contra el Tuunbaq en una batalla que dura 10,000 años.
Derrotado, el Tuunbaq intenta destruir a su creador, el Espíritu del Mar, pero lo destierra al reino físico utilizando una debilidad incorporada.
Con la forma de un enorme oso polar, Tuunbaq pasa generaciones cazando a los Inuit y devorando sus almas, hasta que los chamanes crían una nueva raza de personas altamente clarividentes, los Sixam Ieau.
Estos traen comida a Tuunbaq y usan la comunicación telepática para prometerle que ningún ser humano traspasará su territorio, siempre que no viaje al sur a las tierras de los hombres. Para mostrar su devoción, los Sixam Ieau se quitan la lengua a una edad muy temprana, lo que los hace incapaces de comunicarse con alguien que no sea el Tuunbaq.
La Expedición de Franklin, un viaje de exploración británico del Ártico dirigido por el Capitán Sir John Franklin que partió de Inglaterra en 1845 a bordo de dos barcos, HMS Erebus y HMS Terror, lo enfurece navegando en su territorio, y ataca a los barcos. Aparece después de que William Pilkington dispara a su chamán, materializándose fuera del hielo para matar al teniente Graham Gore. El Capitán Sir John Franklin, suponiendo que es un oso, coloca una trampa cebada con un bebé oso polar muerto, pero el Tuunbaq emerge inesperadamente del hielo cercano, mata al Sargento David Bryant, luego arrastra a Franklin al agujero de hielo y le arranca las piernas y lo tira al suelo. A pesar de su lesión, Franklin logra nadar hasta una bolsa de aire, donde aparece el Tuunbaq y lo muerde en la cabeza.